La Torre el Pato en Villa Carlos Paz es un gran misterio, incluso para muchos habitantes de la villa. Los pobladores hablan de una estafa, de una quiebra… Cientos de teorías respecto a la magna obra inconclusa. Hoy en “Lo Mejor De Villa Carlos Paz” te vamos a contar todos los secretos detrás de la vieja estructura.
Los alrededores
Al acercarnos a la torre podemos encontrar entre la maleza grandes estructuras de hierro sin terminar, algunas plataformas de cemento sobre el suelo y autos viejos abandonados. Las decrépitas edificaciones en torno a la torre han sido “adornadas” con grafitis, dándole a la postal, ya tétrica de por sí, un toque cyberpunk. Una mujer de espaldas, un avión tipo caza que lleva una cruz en su lomo, un rostro deforme compuesto sólo por nariz y boca que señala no se sabe qué, son algunos de los dibujos que podemos ver en su interior.
La entrada
La torre propiamente dicha no tiene sus puertas. A los costados de una de sus entradas, declaraciones de amor en aerosol nos dan la bienvenida: “Te amo Dana”, “Te amo Romi”, respectivamente. En la otra, la leyenda “el infierno” está acompañada de dos rostros.
La Torre
En su interior las paredes están adornadas con murales y grafitis que combinan la estética urbana con una pequeña cuota de surrealismo. Algo que llama la atención es el eco poderoso y envolvente que retumba cuando hablamos en su interior, como si un coro de almas errantes nos contestasen. La atalaya misteriosa tiene 84 metros de alto y llegó a tener un ascensor en su interior que incluso funcionó, pero que luego fue retirado.
La historia de la Torre el Pato de Villa Carlos Paz
Dichos y estafas.
La torre la levantaron entre los años ’80 y ’90 con un novedoso sistema de encofrado cilíndrico. En el año 1987, sin terminar, consiguieron “inaugurarla” parcialmente. Se dice que iba a ser un complejo turístico que en su cima tendría un mirador-restaurante giratorio. Actualmente no hay nada parecido en la ciudad. Algunos afirman que el nombre “del Pato” se eligió porque el complejo iba a tener canchas para jugar nuestro deporte nacional.
Los “simuladores” japoneses
Aparentemente la obra sólo fue inciada para atraer inversores y, una vez cobrado el dinero, todo quedó en la nada. Cuentan que por aquel entonces una pareja de japoneses se paseaba por la ciudad afirmando que eran “inversores”, cosa que con el tiempo se supo que fue una puesta en escena para crear expectativas falsas.
En torno al tótem inconcluso se corrieron carreras de motocross, se presentó un circuito de competencia de Fiat Duna, se reunieron celebridades y periodistas.
Lo que hubiese sido la obra más llamativa e imponente del todo Punilla es un misterio para quienes desconocen su historia. Algunos afirman que sería una gran idea terminar la obra, pero… posiblemente nadie quiera tropezar dos veces con la misma piedra.
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